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De “El choclo”
y “Besos de fuego”
...del tango al jazz

Para Borges, la letra de “Mi noche triste” (1916), el tango que lanzó a la fama tanguera a Carlos Gardel, constituye un antes y un después en la historia del tango: el momento del tango duro y macho —el de antes— y el momento del tango llorón —el de después. Borges usa un lenguaje poco amable para este último y acusa a Gardel de hacer del tango una canción de maricas llorones, mientras los de antes eran de compadritos que nunca llorarían por el amor de una mujer.

Hacia atrás, hacia finales del siglo XIX y comienzos del XX, además del tango patriótico con ocasión del centenario de la independencia, las letras de los tangos se integran en dos grandes grupos: el pendenciero, por una parte; el picaresco y obsceno, por la otra. La vertiente pendenciera está ejemplificada mejor que en ninguna otra parte precisamente por el tango “El Porteñito” que ya lo hemos visto en en la rumia a propósito de Mujica y los uruguayos y podemos volver a leerlo si queremos... La vertiente obscena y picaresca también podemos ejemplificarla con tangos del mismo Ángel Villoldo; una vertiente picaresca y obscena que no fue invención de los tangueros de Buenos Aires —la acentuaron, quizás, pero no la inventaron. La tradición venía del cuplé madrileño.

Ángel Villoldo (1861 - 1919), apodado ya en vida “Papá del tango” estuvo claramente influido por el cuplé y como ya podemos adivinarlo a él se le deben los tangos más emblemáticos de este periodo, entre ellos, “El Choclo”, “El Porteñito” y “La Morocha”. La eroticidad —o pornografía— de otros de los tangos de este tiempo comienza con los títulos de algunos de ellos: “Probá que te va a gustar”, “Empujá que se va a abrir”, “Siete pulgadas”, “Dejalo morir adentro” y muchos más.

Portada original de la partitura de “El choclo”.

El choclo
Detrás de “La Cumparsita”, “El choclo”, compuesto probablemente en 1898 y publicado en 1903 por Ángel Villoldo, es uno de los tangos más populares, uno de los más identificables, uno con el mayor número de grabaciones e interpretaciones... Una de las muchas letras, al parecer la original de Villoldo, es un homenaje al choclo, a la vida campesina, a las comidas criollas y al mundo rural. El título se refiere a la planta (maíz: choclo en los países con influencia quechua), y existe una letra escrita por Villoldo con la planta como tema. Otra versión, dice que el título se refiere al apodo de un compadrito dueño de una taberna y amigo de Villoldo. Una tercera versión insiste en que el título no es otra cosa que la referencia al slang porteño con el significado de pene. Lo más probable que las tres versiones sean simultáneamente válidas.

Aquí va la letra original de Villoldo:

De un grano nace la planta

que más tarde nos da el choclo

por eso de la garganta

dijo que estaba humilloso.

Y yo como no soy otro

más que un tanguero de fama

murmuro con alborozo

está muy de la banana.


Hay choclos que tienen

las espigas de oro

que son las que adoro

con tierna pasión,

cuando trabajando

llenito de abrojos

estoy con rastrojos

como humilde peón.


De lavada enrubia

en largas quedejas

contemplo parejas

si es como crecer,

con esos bigotes

que la tierra virgen

al noble paisano

le suele ofrecer.


A veces el choclo

asa en los fogones

calma las pasiones

y dichas de amor,

cuando algún paisano

lo está cocinando

y otro está cebando

un buen cimarrón.


Luego que la humita

está preparada,

bajo la enramada

se oye un pericón,

y junto al alero,

de un rancho deshecho

surge de algún pecho

la alegre canción.

Sin embargo, la letra más conocida hoy, la de Enrique Santos Discépolo (1901 – 1951) compuesta en 1947, es una celebración del tango. Así, “El choclo” es un metatango: un tango que habla del tango; de su origen y de su fuerza creadora de una identidad y de un destino. Libertad Lamarque (1908 – 2000) lo grabó con la letra de Discépolo el mismo año 47 y poco más tarde lo hicieron Francisco Canaro y Juan D'Arienzo. Después, con letra o solo con la música, lo han grabado decenas más, incluyendo Astor Piazzolla y el grupo estadounidense Quintango.
Vale.

Escuchemos, primero, una versión puramente instrumental.

Démosle ahora una mirada a la letra de Santos Discépolo... mientras escuchamos una versión con la voz de Libertad Lamarque.

El choclo

Con este tango que es burlón y compadrito

vatió sus alas la ambición de mi suburbio;

con este tango nació el tango, y como un grito

salió del sórdido barrial buscando el cielo.

Conjuro extraño de un amor hecho cadencia

que abrió caminos sin más ley que la esperanza,

mezcla de rabia, de dolor, de fe, de ausencia

buscando la inocencia de un ritmo juguetón.



Por tu milagro de notas agoreras

nacieron, sin pensarlo, las paicas y las grelas,

luna en los charcos, canyengue en las caderas

y un ansia fiera en la manera de querer.

Al evocarte, tango querido,

siento que tiemblan las baldosas de un bailongo

y oigo el rezongo de mi pasado.

Hoy, que no tengo más a mi madre,

siento que llega en punta 'e pie para besarme

cuando tu canto nace al son de un bandoneón.



Carancanfunfa se hizo al mar con tu bandera

y en un pernó mezcló a París con Puente Alsina.

Fuiste compadre del gavión y de la mina

y hasta comadre del bacán y la pebeta.

Por vos shusheta, cana, reo y mishiadura

se hicieron voces al nacer con tu destino.

¡Misa de faldas, querosén, tajo y cuchillo,

que ardió en los conventillos y ardió en mi corazón.



Glosario lunfardo
percanta: mujer, amante, concubina.
compadrito: hombre del bajo pueblo, vano y engreído.
paica: querida del compadrito.
grela: mujer de un rufián.
canyengue: arrabalero, modo quebrado de bailar el tango.
bailongo: baile improvisado.
rezongo: queja.
carancanfuna: genovés, italiano.
pernó: licor de ajenjo.
gavión: querido, novio.
mina: mujer.
bacán: hombre que mantiene a una mujer.
pebeta: mujer joven.
shusheta: joven agresivo.
cana: cárcel.
reo: preso.
mishiadura: pobreza, miseria.

Kiss of Fire
Algunos y algunas majaderamente la llamarán apropiación cultural... y la deplorarán como una cosa horrenda.
Absurdo; prefiero llamarla transfusión intercultural; ambas (o múltiples) culturas recogen algo de la otra (de las otras), mantienen lo propio y se enriquecen mutuamente. Cierto. Además de las grabaciones que incluyen la letra de Discépolo —y unas muy escasas que incluyen la letra “original” de Ángel Villorio— hay muchas otras grabaciones instrumentales (sin letra) de “El Choclo” en Argentina y en muchas otras partes del mundo... con variaciones adaptadas a los sentimientos y sensibilidades locales o simplemente personales, idiosincráticas.

Así, en 1952 la cantante estadounidense Georgia Gibbs (1919 - 2006) creó su propia versión de la letra, con el título “Kiss of Fire”, siguiendo muy de cerca la música de Villorio. Hay un buen número de grabaciones de la versión de Gibbs, incluyendo una de Louis Armstrong en 1954, mi favorita entre las versiones en inglés, seguidas por otras hechas por Connie Francis, Tony Martin y Nat “King” Cole y muchas más.

Veamos la letra de Georgia Gibbs...

Kiss of fire

I touch your lips and all at once the sparks go flying

Those devil lips that know so well the art of lying

And though I see the danger, still the flames grow higher

I know I must surrender to your kiss of fire


Just like a torch, you set the soul within me burning

I must go on along the road, no returning

And though it burns me and it turns me into ashes

My whole world crashes without your kiss of fire



I can't resist you, what good is there in trying

What good is there denying, you're all that I desire

Since first I kissed you, my heart was yours completely

If I'm a slave, then it's a slave I want to be

Don't pity me, don't pity me


Give me your lips, the lips you only let me borrow

Love me tonight, devil take tomorrow

I know that I must have your kiss although it dooms me

And though it consumes me, your kiss of fire


...y la versión de Louis Armstrong (1901 – 1971):



Cada una a su manera, magníficas letras en realidad!


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