Rumias

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Dos pequeñas ideas...

A dos días de la inauguración de la segunda presidencia de Donald Trump vuelvo a mi espacio en Cosas de la Tangente con dos ideas.

Una es mi admiración por la coda que la obispo (¿obispa?) Mariann Edgar Budde añadió al final de su homilía en la Catedral de Washington dirigiéndose directamente al Presidente recordándole que la compasión (y respeto) por los desamparados, por los más vulnerables, por los más pobres... por aquellos que trabajan invisiblemente por nuestra comodidad (recogiendo la basura que dejamos en los restaurantes, cosechando las frutas que compramos baratas en el supermercado) es uno de los más importantes atributos (quizás el más importante) de los gobernantes.

Ya el profeta Isaías, pasando por varios otros, se había encargado de eso que bien lo encapsula la frase (en inglés) acuñada a mediados de los cincuenta por el American Friends Service Committee: Speaking truth to power.

En fin, me pareció un poco de aire fresco.

Mi segunda idea tiene que ver con la derrota de Kamala Harris, la candidata del Partido Demócrata.

Un primer factor fue la testarudez de Joe Biden... empeñado, enceguecido, en conseguir una segunda presidencia rompiendo sus promesas.

Otro fue la insistencia de Harris en atraer hacia sí a lo que llamaba las clases medias y los pequeños negocios... sin mencionar demasiado a lo que antes era el pan y mantequilla del Partido Demócrata: the working (blue collar) class... como si ya estuviera irremediablemente perdida para su Partido. Una estrategia que quizás hubiese sido acertada si Harris compitiera en algún país europeo con dos o más partidos a la izquierda del suyo, pero...

De paso quiero decir que el Partido Demócrata tiene muy pocas posibilidades de remontar su mala fortuna mientras siga creyendo —y diciendo— que, dejando fuera a los ultra ricos y poderosos, los que votan por Trump lo hacen porque son deplorables, una desgracia o simplemente estúpidos. El Partido Demócrata tendrá una pequeña posibilidad de remontar su mala fortuna cuando sus liberales adherentes dejen de contar chistes sobre los red necks; cuando dejen de sentirse superiores y vean a los otros cara a cara como iguales.

La verdad es que creo que la derrota de Harris estaba ya decidida la noche del triunfo de Biden y de Harris el 8 de noviembre de 2020.

En su discurso de victoria, esa noche Harris declaró que su triunfo (cito de memoria) era “el triunfo de la mujer afro-americana, el triunfo de mujer hispana, el triunfo de la mujer asiática...” No es una sorpresa entonces que ese pequeño margen de mujeres caucásicas sin título universitario, a las que Harris excluyó en su discurso de victoria, no haya votado por ella este 5 de noviembre de 2024.

Una franja pequeña del electorado, pero suficiente para garantizar su derrota.

Saint Paul, 22 de enero de 2025


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